El hígado es uno de los órganos esenciales para el buen funcionamiento de nuestro organismo.
Es responsable de la expulsión de toxinas, produce bilis, ayuda a la digestión de los alimentos asimilados y es responsable de la síntesis de azúcares, colesterol y triglicéridos.
Sin embargo, una dieta rica en grasas saturadas y comidas copiosas, así como el abuso del tabaco y el alcohol, suponen una carga para nuestro hígado.
Veamos 10 alimentos perjudiciales para el hígado.
Embutidos y productos lácteos.
Como los dulces, la bollería, las bebidas azucaradas y las harinas refinadas.
Todos los alimentos fritos.
Como salchichas o verduras enlatadas. Una dieta rica en sodio puede, a largo plazo, causar cirrosis hepática.
Aperitivos y tentempiés, ricos en grasas, sal y azúcar.
Para nuestros tentempiés, son preferibles los alimentos sanos que contienen grasas mono y poliinsaturadas, como los frutos secos o, mejor aún, la fruta fresca.
Alimentos precocinados y enlatados, que contienen muchos conservantes, aditivos, grasas y azúcares.
A este grupo pertenecen los platos precocinados, la bollería, las galletas, las sopas y las sopas liofilizadas o en conserva.
Las partes carbonizadas de la carne asada o a la parrilla pueden liberar acrilamida, una sustancia responsable del cáncer. Por ello, es aconsejable cocer la carne al vapor o hervida.
Verduras y frutas sin lavar.
Lavar la fruta y la verdura elimina impurezas, pesticidas y herbicidas que luego tendrían que excretarse, causando una sobrecarga al hígado.
El alcohol es una de las principales causas de daños hepáticos. El alcohol etílico se metaboliza en el hígado en acetaldehído, una sustancia tóxica que puede dañar las células hepáticas.
Como la cafeína, la teína y, consumida en cantidades excesivas, la teobromina (contenida en el chocolate).