En los últimos años, la ciencia ha avanzado mucho en la comprensión de la relación entre la contaminación de nuestras ciudades y nuestros problemas de salud. El aire que respiramos contiene a menudo toxinas o contaminantes que provocan enfermedades, a menudo graves.
La OMS calcula que al menos 7 millones de muertes prematuras se deben principalmente a la contaminación atmosférica, sobre todo en las aglomeraciones urbanas. En concreto, los investigadores señalan principalmente a las partículas finas PM 2,5, partículas microscópicas presentes en el aire y altamente nocivas.
¿Cuáles son las patologías más frecuentes causadas directamente por el smog? Los tumores y el cáncer ocupan los primeros puestos, pero no son los únicos, por desgracia.
En los últimos años, la ciencia ha avanzado mucho en la comprensión de la relación entre la contaminación de nuestras ciudades y nuestros problemas de salud. El aire que respiramos contiene a menudo toxinas o contaminantes que provocan enfermedades, a menudo graves. La OMS calcula que al menos 7 millones de muertes prematuras se deben principalmente a la contaminación atmosférica, sobre todo en las aglomeraciones urbanas. En concreto, los investigadores señalan principalmente a las partículas finas PM 2,5, partículas microscópicas presentes en el aire y altamente nocivas. ¿Cuáles son las patologías más frecuentes causadas directamente por el smog? Los tumores y el cáncer ocupan los primeros puestos, pero no son los únicos, por desgracia.
Un estudio de 2020, titulado "El estrés oxidativo en la investigación de la contaminación atmosférica", calculó que aproximadamente la mitad de las muertes que pueden relacionarse con la exposición a altos niveles de PM 2,5, las llamadas partículas finas, son muertes por enfermedades cardiovasculares. De hecho, la exposición prolongada a este tipo de contaminación aumenta considerablemente la probabilidad de sufrir infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares.
Los problemas de contaminación no sólo provocan casos de cáncer de pulmón, como se suele hacer creer. De hecho, en un estudio de investigación titulado "Cancer Mortality Risks from Long-term Exposure to Ambient Fine Particles" (Riesgos de mortalidad por cáncer debidos a la exposición prolongada a partículas finas en el ambiente), se explica muy bien que también son muy frecuentes los cánceres de mama, garganta, estómago e hígado causados por el smog. Además, un estudio realizado por el Instituto Nacional del Cáncer de Milán relacionó la incidencia de las partículas finas en mujeres que ya padecían cáncer de mama, e identificó un aumento del riesgo de muerte de entre el 72% y el 82% en pacientes expuestas a grandes concentraciones de PM 2,5.
Un estudio conjunto de las Universidades de Oxford y Pekín mostró en 2023 cómo la exposición prolongada al smog, incluidas las PM 2,5 y el dióxido de nitrógeno, puede aumentar el riesgo de desarrollar depresión y ansiedad. Por si fuera poco, también se han demostrado estrechos vínculos entre la exposición prolongada al smog y la aparición de demencia.
Sin duda, el sistema respiratorio es uno de los más afectados por los altos niveles de smog en el aire. De hecho, puede sufrir desde problemas no tan graves como tos y falta de aire, hasta enfermedades realmente terribles como el cáncer de pulmón y la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). Un estudio de la Universidad de Massachusetts mostró un aumento de los ingresos hospitalarios por EPOC en zonas con baja calidad del aire y altos niveles de smog.