La ira es una de las emociones humanas más intensas y a menudo puede aparecer sin motivo aparente, dejando a la gente preguntándose por qué.
En esta fotogalería exploramos distintas teorías y explicaciones científicas que intentan explicar por qué a veces sentimos ira sin una causa concreta. De hecho, la ira puede estar relacionada con enfermedades como la diabetes y el colesterol, puede estar causada por la falta de sueño o por la ansiedad y la depresión.
GQ ItaliaEste resumen, cuya información médica se ha extraído de , puede ser útil, por tanto, para comprender mejor la ira y sus orígenes, poder gestionarla mejor y evitar que se convierta en un comportamiento destructivo.
La ira es una de las emociones humanas más intensas y a menudo puede aparecer sin motivo aparente, dejando a la gente preguntándose por qué. En esta fotogalería exploramos distintas teorías y explicaciones científicas que intentan explicar por qué a veces sentimos ira sin una causa concreta. De hecho, la ira puede estar relacionada con enfermedades como la diabetes y el colesterol, puede estar causada por la falta de sueño o por la ansiedad y la depresión. GQ Italia Este resumen, cuya información se ha extraído de , puede ser útil, por tanto, para comprender mejor la ira y sus orígenes, poder gestionarla mejor y evitar que se convierta en un comportamiento destructivo.
La producción de serotonina, la hormona de la felicidad, se ve reducida por las estatinas, que bloquean el mecanismo por el que se produce el colesterol, y también está relacionada con la cantidad de azúcar que circula por la sangre. Si en la sangre circula una cantidad incorrecta de azúcar, es normal que se produzcan cambios de humor que hagan que uno se sienta enfadado sin motivo.
Si la glándula tiroides produce demasiadas hormonas, como en el caso del hipertiroidismo, tiene un efecto negativo en el equilibrio del organismo: nerviosismo, inquietud y, en algunos casos, incluso ira sin motivo.
El insomnio provoca fatiga y bajadas de tensión que pueden perjudicar las actividades diarias: esto puede aumentar el nivel de tensión nerviosa y hacer que nos enfademos sin motivo aparente.
El alcohol reduce el control cognitivo y puede provocar comportamientos exagerados, incluida la ira, que también pueden degenerar en conductas violentas y peligrosas.
La ansiedad y la depresión son enfermedades que provocan sentimientos negativos, como inadecuación, agitación y, en algunos casos, incluso ira desmotivada. En este caso, hay que buscar ayuda acudiendo a especialistas.