Se supone que correr es un deporte que favorece especialmente la circulación en las piernas, pero sucede muy a menudo que, nada más terminar una carrera más o menos larga, uno siente las piernas hinchadas, cansadas y doloridas.
¿Cómo es posible? Es algo que afecta sobre todo a las mujeres (pero también a los hombres) y ocurre más en verano que en invierno.
Puede ocurrir que durante o después de una carrera se tenga la sensación de piernas rígidas y pesadas, como si los músculos estuvieran "atados", incluso después de una ducha fría. Sería normal que esta dolencia la sintieran quienes tienen problemas de circulación o las personas sedentarias, pero entonces ¿por qué les ocurre a los corredores?
Se supone que correr es un deporte que favorece especialmente la circulación en las piernas, pero sucede muy a menudo que, nada más terminar una carrera más o menos larga, uno siente las piernas hinchadas, cansadas y doloridas. ¿Cómo es posible? Es algo que afecta sobre todo a las mujeres (pero también a los hombres) y ocurre más en verano que en invierno. Puede ocurrir que durante o después de una carrera se tenga la sensación de piernas rígidas y pesadas, como si los músculos estuvieran "atados", incluso después de una ducha fría. Sería normal que esta dolencia la sintieran quienes tienen problemas de circulación o las personas sedentarias, pero entonces ¿por qué les ocurre a los corredores?
Especialmente en verano, el esfuerzo producido por una carrera, ya sea lenta o contrarreloj, es mayor. Cuanto más trabaja el músculo, más se inflama al final del ejercicio. La inflamación crea entonces un estancamiento de líquidos. La sensación de dureza e hinchazón es en realidad temporal, pero a menudo coincide precisamente con un ejercicio muy intenso.
Si te pesas después de una maratón, o en cualquier caso después de una carrera muy dura a campo traviesa, lo más probable es que hayas ganado peso en lugar de haberlo perdido. ¿Es normal? Sí, porque los músculos inflamados han retenido más líquido. En verano, debido a un peor drenaje linfático, esta sensación aumenta.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que esta hinchazón, sobre todo en verano, es normal, así que no te asustes. En primer lugar, los masajes linfodrenantes o la presoterapia son una buena solución para la hinchazón. En segundo lugar, puedes pensar en dejar de correr durante un tiempo y sustituirlo por actividades menos agotadoras para las extremidades inferiores. La movilidad articular, los ejercicios ligeros en el gimnasio y las actividades acuáticas son muy buenas. Éstas ofrecen ambientes más frescos, sobre todo en verano, y el cuerpo se beneficiará sin duda.
Seguir la dieta es muy importante para evitar estos problemas. Por ello, es mejor no consumir alimentos y bebidas que creen inflamación, como el alcohol, el exceso de azúcares o los alimentos ricos en sal y grasa. Para librarse de los dolores y molestias en las piernas, lo mejor es comer alimentos ligeros, mucha fruta y verdura. Verduras de temporada como pepinos, apio y tomates, pero también fruta fresca como la sandía, quizás en el desayuno después del entrenamiento, son un menú perfecto.