En Estados Unidos, al menos el 40% de los adultos mayores de 60 años toma aspirina a diario. Su consumo se justifica por la necesidad de estas personas de prevenir coágulos sanguíneos que podrían causar accidentes cerebrovasculares o infartos de miocardio.
En los últimos años, sin embargo, los expertos están reevaluando el uso diario de aspirina para todos los ancianos, porque en muchos de ellos podría causar un mayor riesgo de hemorragias, incluso más sutiles, que luego podrían provocar anemia. Sin embargo, para algunos ancianos sigue siendo recomendable el uso diario de aspirina, sobre todo si ya han sufrido episodios de infarto de miocardio o ictus.
El estudio no analizó cómo la aspirina podría contribuir a la anemia, pero los investigadores tienen una idea de cómo podría ocurrir.
En Estados Unidos, al menos el 40% de los adultos mayores de 60 años toma aspirina a diario. Su ingesta se justifica por el hecho de que estas personas necesitan prevenir coágulos sanguíneos que podrían causar accidentes cerebrovasculares o infartos de miocardio. (Fuente: cnn.com)
En los últimos años, sin embargo, los expertos están reevaluando el uso diario de aspirina para todas las personas mayores, ya que en muchas de ellas puede provocar un mayor riesgo de hemorragias, incluso más sutiles, que luego podrían desembocar en anemia. Para algunos ancianos, sin embargo, sigue siendo recomendable el uso diario de aspirina, sobre todo si ya han sufrido episodios de infarto de miocardio o ictus.
El estudio no aborda cómo la aspirina podría contribuir a la anemia, pero los investigadores tienen una idea de cómo podría ocurrir. Al parecer, la aspirina dificultaría la coagulación de la sangre y bloquearía una enzima llamada Cox-1, importante para mantener el revestimiento del estómago y los intestinos. Al dañarse esta barrera protectora, pequeñas cantidades de sangre podrían filtrarse desde el intestino, provocando anemia.
Aunque para muchas personas sigue siendo importante tomar aspirina a diario, para otras puede existir un mayor riesgo. En particular, el riesgo sería significativo para quienes padecen anemia o enfermedades inflamatorias como artritis o insuficiencia renal crónica.
Según los investigadores, el 20% de los que toman aspirina tienen más probabilidades de padecer anemia que los que no la toman. Según el estudio, el 24% de los ancianos que toman aspirina a diario tienen más probabilidades de desarrollar anemia en un plazo de cinco años.