El glaucoma es una enfermedad que afecta a los ojos -en particular al nervio óptico- y que, si no se trata a tiempo, puede incluso provocar la pérdida de visión.
Esta enfermedad ocular afecta aproximadamente a 55 millones de personas en todo el mundo y está causada por un aumento de la presión interna del ojo o, en casos limitados, por una reducción del riego sanguíneo al nervio óptico. El daño resultante conduce a una pérdida del campo visual, inicialmente en las porciones periféricas y más tarde en las zonas centrales del campo visual, perjudicando la visión.
Es muy importante intentar prevenir esta enfermedad en la medida de lo posible para preservar la vista.
El glaucoma es una enfermedad que afecta a los ojos -en particular al nervio óptico- y que, si no se trata a tiempo, puede provocar la pérdida de visión. Esta enfermedad ocular afecta a unos 55 millones de personas en todo el mundo y es muy importante intentar prevenirla en la medida de lo posible para preservar la visión. (fuente hospital Humanitas Milán).
El glaucoma está causado por un aumento de la presión interna del ojo o, en casos limitados, por una reducción del riego sanguíneo al nervio óptico. El daño resultante conduce a una pérdida del campo visual, inicialmente en las porciones periféricas y más tarde en las zonas centrales del campo visual, perjudicando la visión.
El glaucoma puede estar causado por formas congénitas, es decir, que ya se presentan al nacer, o por formas no congénitas. Lo que lo causa, incluso en las formas no congénitas, es una reducción de la función de la malla trabecular, que se encarga de drenar el humor acuoso desde el interior del ojo hacia el exterior. Si la malla trabecular no funciona como debería, se produce un aumento de la presión en el interior del ojo, lo que provoca daños en el nervio óptico y, por tanto, el desarrollo del glaucoma.
Para intentar prevenir en lo posible la aparición del glaucoma, es importante prestar atención a los síntomas que puede provocar. Entre ellos, la pérdida de visión lateral, superior e inferior, que puede causar dificultades para leer, conducir y moverse por los espacios. Las revisiones oculares periódicas son una buena forma de prevenir la enfermedad también porque el aumento de la presión arterial no se percibe inmediatamente con los síntomas.
Las personas con mayor riesgo de desarrollar glaucoma, y que por tanto deben someterse a exámenes periódicos, son sobre todo las que ya han tenido antecedentes familiares de glaucoma, las personas con defectos del campo visual, las que padecen miopía elevada o diabetes, y las que han estado tomando medicación con cortisona durante mucho tiempo.