La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dado la voz de alarma sobre el peligro de la miopía, que se prevé que afecte a cerca del 50% de la población mundial en 2050. Esto se debe también a nuestro cambiante estilo de vida, que nos obliga a pasar muchas horas al día en interiores y frente a dispositivos electrónicos.
Aunque hoy en día la miopía es algo que puede corregirse en la mayoría de los casos, se ha demostrado que el aumento de casos tiene una fuerte correlación con factores tanto genéticos como, sobre todo, ambientales.
De hecho, cada vez son más los adultos jóvenes, o incluso adolescentes, que padecen este trastorno. Las intervenciones son cada vez menos invasivas y los tiempos de recuperación más cortos. A pesar de ello, la OMS da la voz de alarma para intentar frenar esta tendencia al alza.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dado la voz de alarma sobre el peligro de la miopía, que se prevé que afecte a cerca del 50% de la población mundial en 2050. Esto se debe también al cambio en nuestro estilo de vida, que nos obliga a pasar muchas horas al día en interiores y frente a dispositivos electrónicos.
Aunque hoy en día la miopía es algo que se puede corregir en la mayoría de los casos, se ha demostrado que el aumento de casos tiene una fuerte correlación con factores tanto genéticos como, sobre todo, ambientales.
Hoy en día, existen tres terapias válidas para resolver el problema de la miopía. Obviamente, cada terapia tiene sus casos específicos y sus diferencias. El remedio más sencillo es, obviamente, el uso de gafas y lentes de contacto. El segundo es la terapia con láser, que sin embargo está indicada cuando la afección ocular deja de empeorar y se mantiene estable durante un tiempo. El tercero es innovador, y son las lentes intraoculares. Se llaman ICL (Implantable Collamer Lens), están hechas de un material blando, fino y maleable, y en el curso de una breve operación ambulatoria se colocan entre el cristalino y la pupila del ojo.
Sandro Soldati, oftalmólogo de Verona (Italia) y director del Centro Láser Neo Vista, explica: "Basta una breve intervención de unos minutos con anestesia local para implantar los ICV y recuperar inmediatamente entre nueve y doce décimas de visión. El efecto es prácticamente inmediato".
El Dr. Soldati continúa explicando: "El periodo de recuperación tras la intervención es muy corto. Están especialmente indicadas para adultos y jóvenes que pueden beneficiarse plenamente de la libertad de una vida sin problemas de visión". El bienestar del ojo va más allá del beneficio puramente físico. Piense en cuántas personas en el mundo renuncian, por ejemplo, a practicar deporte por problemas de visión.